En UNISARE Contamos con tecnología de última generación en cuanto a criopreservación de muestras seminales, ovocitos y tejido ovárico, que beneficia a aquellas personas, tanto hombres como mujeres, en quienes su fertilidad va a verse afectada por cualquier causa.

Con estas técnicas de preservación de la fertilidad, se ha abierto un nuevo campo de actuación dentro del campo de la Reproducción Asistida.

En el caso de mujeres y hombres que han sido diagnosticados con cáncer, o con cualquier otra patología (enfermedades autoinmunes como lupus, artritis reumatoide) que requiera tratamiento con quimioterapias con citotóxicos o radioterapia, la función ovárica/testicular y el mantenimiento de la fertilidad son dos de los aspectos que más preocupan a las pacientes que han superado la enfermedad, ya que pueden afectar a su calidad de vida y autoestima.

Aquellos hombres que van a ser sometidos a quimioterapia o radioterapia por cualquiera de estos diagnósticos, o que serán sometidos a cirugías testiculares o vasectomía, tienen la posibilidad de congelar y almacenar muestras de semen para su utilización futura.

En cuanto a mujeres en situaciones de este tipo, la medicina les ha abierto una puerta a la maternidad. La primera opción es la congelación de ovocitos (óvulos) En los últimos años, con el perfeccionamiento de nuevas técnicas de congelación, especialmente la vitrificación, podemos esperar una tasa de supervivencia superior al 80% y por tanto hemos pasado del campo experimental a una técnica eficaz para conservar el potencial fértil.

Los ovocitos que se congelan y sobreviven a la descongelación tienen un comportamiento similar a los no congelados, es decir, pueden ser fertilizados por los espermatozoides, y también las mismas opciones de generar embriones capaces de implantar y por tanto de desarrollar niños sanos.

Otra opción para la preservación de la fertilidad en mujeres es la congelación de embriones para ser transferidos al útero una vez superada la enfermedad. Esta opción es factible en mujeres que tienen pareja o que estén dispuestas a utilizar semen del banco para fecundar sus propios ovocitos y congelar embriones, con una tasa de supervivencia mayor que la de ovocitos sin fecundar.

Hay, además, un importante grupo de mujeres que no pueden recurrir a ninguna de estas dos posibilidades: aquellas que no pueden realizar un tratamiento de fecundación in vitro porque no pueden demorar la quimioterapia o porque sería contraproducente para su tipo de cáncer, además de las niñas que todavía no se han desarrollado sexualmente, porque no producen óvulos. Para ellas la congelación de tejido ovárico es la única solución posible.

El autotrasplante de tejido ovárico les ofrece la posibilidad de ser madres una vez superado el cáncer a partir de sus propias células. El tratamiento consta de dos partes, congelación y trasplante. Cuando a una mujer en edad fértil o a una niña se le detecta un cáncer, antes de iniciar el tratamiento con quimioterapia o radioterapia se le extrae tejido ovárico para preservarlo. Una vez extraído, parte de él se congela y el resto se somete a un estudio anatomopatológico con el fin de saber si todavía contiene células cancerosas. Si las hay, no se puede trasplantar porque el cáncer se reproduciría en la paciente una vez curada. Pero si el estudio determina que el tejido está libre de células tumorales, se guardará congelado para implantarlo en la paciente una vez superado el cáncer en el caso de que desee tener hijos.

Además de las mujeres jóvenes diagnosticadas de cáncer que van a recibir quimio o radioterapia, estaría indicado en aquellas pacientes jóvenes que, por la razón que sea (cuestiones laborales, búsqueda de una mayor estabilidad socioeconómica, mujeres sin pareja o con pareja pero sin deseo gestacional en ese momento), desean posponer su maternidad. También está indicado en casos de tumores ováricos benignos o endometriosis severa que requieran la extracción del ovario, enfermedades en las que hay que realizar trasplante de médula ósea -como las autoinmunes y hematológicas-, en casos de historia familiar de menopausia precoz y en el síndrome de Turner, que es una enfermedad genética en la que la menopausia aparece en forma muy precoz.

Sin embargo, la clave del éxito de esta técnica está en que el tejido que se va a trasplantar tenga una buena reserva folicular, esto es, que no sea pobre en ovocitos porque, aunque la operación sea correcta, si tenemos en cuenta que la mitad del tejido muere por la falta de irrigación, cuantos más ovocitos tenga, más posibilidades habrá de que al reinstaurarse los ciclos menstruales, la paciente pueda quedar embarazada. Además, una vez que la paciente queda embarazada, el proceso es normal, es decir, la gestación no va a tener más riesgos que cualquier otra producida en circunstancias naturales.