
Esperar un bebé cuando es muy deseado es un momento muy especial en la vida de cualquier mujer que quiera ser madre. Sin embargo, muchas veces debemos enfrentarnos a situaciones que no son tan agradables, como por ejemplo, que la gestación sea de riesgo. Puede ser por el factor de la edad que juegue en nuestra contra, porque tenemos algún problema de salud nosotras o nuestro bebé, o por alguna razón externa.
Pase lo que pase, si nos han recomendado que mantengamos una serie de cuidados especiales por un embarazo de riesgo, debemos seguirlos a rajatabla. Aunque es lógico, normal y natural que tengamos una preocupación constante en cuanto a cómo van evolucionando las cosas que tienen que ver con el embarazo, también es verdad que nuestro estado mental debe ser el mejor posible.
Entre los factores que pueden contribuir a determinar si estamos ante un embarazo de alto riesgo incluyen:
- La edad de la madre. La probabilidad de sufrir un embarazo de riesgo es más alta en madres mayores de 35 años.
- Las adicciones. Fumar, beber alcohol y consumir drogas puede provocar un embarazo de riesgo.
- La historia clínica. Haber sufrido una cesárea o un parto prematuro puede aumentar las posibilidades de tener un embarazo de riesgo.
- Enfermedades subyacentes. Ciertas enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial o la epilepsia aumentan los riesgos en el embarazo, también la anemia. Sufrir una infección o padecer una enfermedad mental puede aumentar dichos riesgos.
- Complicaciones durante el embarazo. Existen varias patologías que pueden surgir durante el embarazo y que presentan riesgos para la salud de la madre y del bebé, como problemas en el cuello del útero, en la placenta o náuseas severas (hiperémesis gravídica) que continúan más allá de los tres primeros meses. Otros problemas pueden estar relacionados con el líquido amniótico.
La importancia del buen humor
Nos ayudará a desestresarnos ya que el embarazo debe ser una etapa muy tranquila. Que la madre esté bien ayudará a que el feto también note esa bonita sensación de alegría y felicidad que todos buscamos.
Ninguna de nosotras queremos ser mamás-drama desde el embarazo, entonces deberemos dejar a un lado lo negativo y centrarnos en sonreír.
Evitar el estrés
Lo más importante es que cada mañana cuando nos levantemos, pensemos por un momento en cómo podemos afrontar nuestro día de la manera más relajada posible, si agobios y evitando que el estrés invada nuestro cuerpo. Lo mejor es tumbarnos en la cama, boca arriba antes de empezar el día e imaginarnos que todo va a salir fenomenal, que no nos vamos a preocupar innecesariamente por nada que no lo merezca y desde luego, pensar en hacer lo posible.
Conservar el buen humor, llevar una vida sana en todos los sentidos y no permitir que nada nos haga sentir mal. Si nosotras mismas nos cuidamos por fuera, también debemos hacer lo mismo por dentro, por lo que de este modo lograremos que nuestro buen estado de ánimo y la positividad en todos los sentidos se contagien a nuestro estado de buena esperanza.
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